La Costa Chica me abrió sus brazos de agua, en diciembre del 2004, la gente negra en un México que los invisibiliza.
Piel y miradas que apuntaron al centro de mi ser, y fui impulsada a reconocerme en aquellas miradas.
Desde ese momento la Costa Chica es una extensión de mi ser, y aqui en este espacio digital va un trozo de corazón en la unica forma que puedo darlo...las imagenes.
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